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TINTE NEGRO, PALO DE CAMPECHE
El negro, como el blanco, no se consideran colores, pero tiene una historia de las más interesante en el mundo del color, de hecho ni el negro ni el blanco aparecen en los círculos cromáticos.
Aquí en España, y ya con Carlos V, primer rey de los Habsburgo, empiezan a verse retratos pintados vestidos de negro, pero es su hijo Felipe II, el que lleva este color casi hasta el extremo.
Felipe II, quien traslada la corte el 8 de mayo de 1561, desde Toledo a Madrid, siempre aparecerá en los retratos vestido de negro, de hecho existe bastantes escritos de la importancia de vestir de negro en el siglo XVII, o la importancia de vestir a la española.
Vestir de negro significó el poder de una época, la magnitud de un imperio, y junto a la rígida gorguera, que mantenía el cuello estirado, parecía una señal de orgullo que siente el español que se considera el dueño del mundo.
Hasta ahora en Europa, no se había conseguido un color negro que fuera totalmente resistente y duradero, sólo se conseguía unos grises apagados y deslucidos, hasta que aparece el palo de Campeche.
Originario de Mesoamérica, México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, y la península de Yucatán, es un árbol de unos quince metros de altura, espinoso y con el tronco retorcido.
Se obtiene junto con la cocción de sulfato de hierro la hemotoxilina, que hace que ese negro sea único.
Marcos de Ayala Trujeque, originario de Toledo, empezó a utilizarlo para las telas de la nueva España, y desde ahí hasta la corte de Felipe II, tenemos que tener en cuenta que los Mayas ya lo utilizaban desde la antigüedad.
España, fue la dueña de todas las tierras donde se criaba el palo de Campeche, y por lo tanto fue la dueña de la mayor producción de este tinte, que en su momento, en el año 1827, llega a la producción más alta llegando a valer más que el mismo oro.
Tenemos que tener en cuenta, que fueron los más codiciados oro, plata, perlas y tinte.
Tal fue la importancia de las plantas del nuevo mundo, que Felipe II, llegó a mandar a quien fue su médico personal, Francisca Hernández de Toledo en una de sus expediciones.
Y como en todos los negocios, aparecen los piratas,por parte de Inglaterra y Francia, hasta tal punto nos hizo daño aquella piratería, que España cedió la concesión del palo de Campeche a varias compañías, sobre todos inglesas y francesas, era eso o terminar con nuestra flota en el fondo del océano.
Pero ya nuestro monarca había realizado un buen negocio con el palo de Campeche, y con el color negro, ( ala de cuervo).
Lo que no imaginaba nuestro monarca era que ese color que tanto beneficio le había aportado; que era seña de elegancia, prestigio, y poder, ese mismo color negro se le acabaría poniendo en contra, convirtiéndose en la leyenda de oscurantismo, de la mal llamada leyenda negra, que no fue otra cosa que una hispanofobia, que tanto daño nos hizo.
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